3.12.06

Palabras de Pablo

Estos encuentros de fin de año nos permiten hacer el cierre de un trabajo compartido.
Los alumnos de primero que, venciendo temores y dificultades, dieron su primer paso.
Los de segundo que sortearon ya la mitad de la carrera después de recorrer un año un tanto complicado.
Y, por supuesto, los alumnos de tercero, nuestros egresados del 2006, que terminaron su escuela secundaria. Todos ellos, a su manera, van formando parte de la historia del CENS.
Pero, no son los únicos que van “haciendo historia”. Muchos otros participan de esta construcción colectiva que es la escuela: Elsa, que nos recibe diariamente, Rita, que organiza el trabajo, Hugo referente directo para los alumnos y por supuesto la directora y los profesores.
Todos nosotros, con aciertos y errores vamos transitando el tiempo procurando dejar algo o compartir algo. Cada uno, a su manera va, como dice la frase, “haciendo camino al andar”.

Sin duda, permanencia no es lo mismo que trayectoria. Se puede estar mucho tiempo en un lugar, haciendo las cosas bien aunque sin dejar huella. Pero cuando uno se compromete con el trabajo va, inevitablemente, marcando el camino y estableciendo un estilo que lo identifica.
Pensando en esto, y durante nuestras charlas de recreo, surgió entre un grupo de profesores, la idea de “premiar” de alguna manera esas trayectorias. Decidimos fijar ese recorrido en 20 años (este número puede parecer arbitrario y, en parte, lo es. El asunto es que con 30 no había nadie y con 10 éramos demasiados, así que, partimos la diferencia y quedó 20). También establecimos el 2006, como para dar comienzo a esto que esperamos pueda sostenerse en el tiempo.

Por eso hoy queremos compartir el reconocimiento de muchos años de compromiso y dedicación con el CENS de tres estimados colegas.
Cuando pensaba cómo hacer referencia a ellos sin nombrarlos se me ocurrió que cada uno se debía identificar por su manera de pensar y sentir a esta escuela.
Aplicando eso de que no vemos el mundo como es sino que lo vemos como somos, creo no equivocarme si digo, por ejemplo que uno de estos profes sigue convencido (y así lo enseña) de que la educación no es una causa perdida sino un derecho esencial y que, a pesar de los avatares, la escuela pública es el lugar que garantiza la posibilidad de crear una sociedad más justa que nos incluya a todos.

El otro de los profesores al que hago referencia debe imaginar la vida en el CENS como una dinámica y cambiante obra de teatro, y pone en juego sus conocimientos (que no son pocos) para lograr que cada uno de los circunstanciales actores se reconozcan poseedores de una identidad cultural, desde donde proyectar y proyectarse.

De nuestro tercer compañero diría sencillamente que debe pensar que este es un COLEGIO DE PELÍCULA y que, aunque con un guión imperfecto y más allá de las tecnologías, lo importante sigue siendo el desafío de imaginar y crear, de planificar, compartir y hacer, como ejercicio responsable de la libertad.
Estos tres profesores, a los que respetamos profesionalmente pero, sobre todo, valoramos y estimamos como compañeros, queríamos agradecerles estos años en el CENS.
Con ellos compartimos muchas horas.
Con ellos y de ellos debemos haber aprendido mucho.
Y a ellos debemos dos cosas que quiero destacar:
Una, este lugar, porque gracias a ellos podemos disfrutar de este edificio.
Y la otra es que, varios de nosotros, estamos aquí … por su culpa.
Así que:
Gracias prof. Dora Salvide …..

Gracias prof. Faustino Velasco…..
Gracias prof. Héctor Olmos.

parte de los homenajeados con la familia del profesor Velasco

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy lindas sus palabras profe,besos a todos los llevo en mi cuore.
oba,3 2º