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4.6.13

Amigos: el medio justifica el fin. Carta de un egresado del Cens

Esta carta fue escrita hace un año, por una de esas cuestiones de papeles quedó traspapelada y hoy podemos rescatarla. Su autor es un egresado del Cens a comienzos del 2000, Leonardo al que pido disculpas por la tardanza y por haberle robado una foto del perfil de facebook para que lo conozcan. 

Amigos: el medio justifica el fin.

Alguna vez fui alumno de este importante y querido centro educativo; alguna vez, hace mucho, fatigué sus aulas y harté de preguntas imprecisas a los pacientes profesores. Hoy quiero escribir sobre mi experiencia en esta institución. Que yo sepa, nadie me lo exige; existe este espacio para hacerlo y lo uso para una causa que considero benéfica: apoyado en mi experiencia, quiero persuadir a todos aquellos que dudan en terminar el secundario de no entrar en los recurrentes e intrincados laberintos del “no puedo…”.  Pero para resultar más convincente en mis argumentos, es necesario que confiese cómo fue que yo terminé el secundario sin antes dejarme vencer por los argumentos derrotistas que me persuadían de abandonarlo. Solo hacia el final del texto comprenderán mis razones. Solo hacia el final del secundario, seguro, ustedes tendrán las suyas.

 Ingresé al Cens con más miedos que certezas tranquilizadoras. Me acuerdo que el primer día de clases estaba en el comedor junto con todos los aspirantes. Muchas personas que con el tiempo iba a conocer profundamente, ya que muchos de ellos fueron mis compañeros y compañeras de los tres años que pasé aquí, estudiando y divirtiéndome (en ese orden).  Ese día, asustado como es normal por lo desconocido, lo nuevo,  miraba para todos lados y quería salir corriendo, abandonar el lugar lo antes posible. Pensaba que no me iba a poder adaptar, que era grande para estudiar, que tenía que trabajar y que me iba a ser imposible coordinar todas las obligaciones de la semana con los estudios. Miles de argumentos, buenísimos todos, para tirar la toalla. Esa situación confusa me fue exigiendo reafirmar mis objetivos y contestar preguntas que hasta entonces no me había hecho sinceramente, como por ejemplo: ¿para qué y porqué quería terminar el secundario? Aunque parezca sencilla, la cuestión no era fácil de contestar, pues la pregunta de fondo era si terminar el secundario había sido una decisión mía o significaba un mandato social, digamos, una obligación burocrática- algo que además me molestaba pensar así ya que terminarlo implicaba una inverificable promesa: mejor futuro laboral- o, por el contrario, era un medio para otro fin más importante que el sólo deber social de terminarlo. Con el tiempo, luego de un hecho que contaré más adelante, la respuesta me fue revelada: obtener el título era un medio, no un fin. En realidad nunca podía ser un fin en sí mismo, sostuve, ya que cualquiera fuera el motivo que me empujaba a terminarlo, por más abstracto que fuera, por ejemplo la satisfacción personal de haberlo hecho, funcionaba como medio; es decir, en éste caso, terminarlo era un medio para obtener otro fin: el goce de haberlo terminado. Mi fin era la satisfacción personal, me lo debía, pero también era medio para poder ingresar a la Universidad de Buenos Aires, a la Facultad de Filosofía y Letras. 
A la facultad había ido mientras cursaba mi segundo año aquí. Fui para acompañar a un amigo que quería anotarse en el CBC (ciclo básico común, un curso de un año obligatorio para ingresar a la UBA). En aquella oportunidad entré y vi gente eufórica, grandes y chicos apasionados, discutiendo sobre ideas en un idioma que no comprendí, pero que sin embargo me dejaron una impresión intensa: la pasión por el saber. En aquel momento pensé: me gustaría estar aquí con ellos, en esta especie de país. Y fue ahí, cuando pensé la palabra“país”, que imaginé un pasaporte, requisito formal para poder viajar a ciertos lugares. Entonces deduje: si quiero entrar a este “país” es necesario que gestione el pasaporte. Fue ahí cuando creí justificar lo que estaba haciendo aquí: tramitar una suerte de pasaporte, un título secundario que me permitiría viajar a el lugar que yo quería ir, ya sea la universidad (como fue en mi caso) u otra institución educativa que tenga al título como requisito excluyente. Sin embargo, me pareció que la analogía que estaba haciendo entre título secundario y pasaporte era fría, burocrática; como si estar aquí tres años fuese lo mismo que estar haciendo una cola en una embajada para retirar la documentación de viaje . Estaba siendo injusto, ya que aquí iba a tener relaciones humanas y era importante estudiar, formarme social e intelectualmente. En fin: prepararme. Por lo tanto extremé más el símil: para ir a ese “país” me hace falta, además de los papeles en regla (el título), hablar su idioma; esto significaba que si quería comunicarme con la gente del país al que tenía pensado ir tenía que comprender la lengua que hablaban, en la cual estaba codificada toda su cultura. Y este proceso de aprendizaje, esa lengua desconocida y fundamental, se aprendía en este centro educativo: el Cens 44. Este es el medio que justica el fin.
Finalmente me cerró la analogía que estaba intentando establecer entre país y universidad o pasaporte y título secundario, y continué los estudios; pero sin sentir la frialdad y el aburrimiento del burócrata que espera en la cola su turno, sino con la pasión de quien está dispuesto a viajar a otro lugar y con la misma felicidad estudia y aprende la lengua y la cultura de ese país. Para cuando llegue el momento de conocerlo sea una experiencia más intensa e interesante. 
Quiero decir con esto: que aprovechen estos años aquí; que estudien lo más que puedan, todo, por más tedioso que sea, ya que les va a servir para comunicarse después (aunque sea con los extraterrestres). El título secundario siempre es un medio, nunca un fin, tengan en claro eso. Un medio para poder conocer otros lugares, otra gente, otro idioma…en fin, otro mundo. Estudiar acaso sea eso: cambiar de mundo. 

Leonardo

24.6.11

¿En qué andás? Hoy Sol y Luis, egresados 2001

También el cole fue escenario de historias de amor como esta que nos cuenta Sol Carnevale egresada, 2001.

Nosotros somos Luis Mansilla y Sol Carnevale:
En realidad yo, sol, tuve que dejar al Cens 44 en 1992 aproximadamente, cuando cursaba el segudo cuatrimestre del ultimo año y reanude para terminar en el 2001, soy egresada de ese año, que año!!!!! Hasta bailé imitando a Caramelito!!!!! Y Luis haciendo programas de radio en la que era su casa.
Ese año conoci al amor de mi vida, Luis, que tambien luego de haber dejado el Cens en el año 1997, volvioó en dicha epoca.
Bueno, la verdad que la contencion que tuve del cens en un momento critico de mi vida fue increible, ¿como olvidarlo?A los profes que fueron una masa, Pablo, Eduardo(aunque personalmente no lo tuve,pero Luis si), Elsa, Hector( no le pidas peras al ... Jaaaaa) y tantos mas....a los compañeros que estuvieron ahi...
Que recuerdos!!!! Es el dia de hoy que a mis hijos les cuento que el ultimo dia lleve la bandera con mucho orgullo!!!!
En realidad los dos estuvimos en tandas en el cens, que por ironias de la vida nos hizo abandonar el mismo motivo, cosas personales. Pero lo bueno es que conocimos mas profes y mas compañeros, aunque el nivel humano era el mismo.
¿En que andamos???? Nos enamoramos en ese año, formamos pareja y tenemos una hermosa hija de 5 años, Zoe, somos un batallon, tus hijos,mis hijos y nuestros hijos, le decimos el clan Mansilla.
Luis hace deportes,escucha musica y se esta tomando unas bien merecidas vacaciones, despues de trabajar 33 años y yo, estoy en la facultad estudiando proxima a recibirme en tecnica en higiene y seguridad laboral, canto y trabajo.Entre los dos criamos a nuestros hijos, quienes son maravillosos.
Cens querido, si no hubiera tenido un buen recuerdo, no hubiera vuelto y quiza mi destino hubiese sido otro....
Es para nosotros un gran orgullo haber completado nuestros estudios en el cens, siendo grandes, en epocas difíciles, ya que uno tenia que pensar en el trabajo, los hijos y todas las diversas mochilas que llevamos a cuestas, pero salimos con otra vision, la de pelearla y a no aflojar...
Gracias es poco, pero es lo que uno puede decir, con cariño.....
Luis Mansilla y Sol Carnevale (egresados 2001)

10.3.11

¿En qué andás? Silvina, egresada 2007

Te presentamos esta nueva sección del Cens para que los egresados y también los ex-profesores nos relaten anecdotas y recuerdos de su paso por el colegio, nos digan en qué andan ahora o simplemente nos cuenten lo que tengan ganas de contar.
No queremos perder el contacto, te invitamos a seguir viendonos a través de este espacio. Podés escribirnos a comunicarte44@yahoo.com.ar

Aquí va el primero de los ¿En qué andás? Gracias Silvina por abrir el fuego, ahora esperamos los otros.




Mi nombre es Silvina Paula Guerra soy egresada 2007 del Cens 44...Recuerdo que cuando llego el último día de clases no quería levantarme de la cama, pero los rayos de sol que se colaban por la ventana de mi habitaciòn fueron testigos insistentes,sentìa tan cerca èste momento y no sabìa en realidad si estaba preparada para enfrentarlo. Aunque traté de mil maneras de vestir de indiferencia mi presente, me invadìa la emoción;la incertidumbre se hamacaba en mi mirada convertida en lágrima;rodaba a prisa por mis mejillas para sumergirse en el recuerdo que serìa el protagonista en èsta historia.

Quizás al igual que yo muchas veces pensaste en abandonar,"ésto no es para mì", el famoso "no puedo",¡¡¡ Y seguiste !!! solo necesitabas un respiro, hasta que te despidieron del trabajo y tu cabeza se debatìa entre ecuaciones, Freud, cuentas para pagar,el plato de comida que no podìa faltar en la mesa y aún así continuamos,llegó una separación y la desilusión se adueño de tus sentidos,empezabas a leer con cierta desconfianza el "Romeo y Julieta" de Shakespeare. El dolor por los hijos, por los otros,por uno mismo,la soledad amiga del tiempo,y el camino cada vez era más angosto. ¡¡¡Insistimos!!! Aún ante la pérdida de un ser querido, una enfermedad,esos problemas a los que uno no les encuentra una explicación pero llegan y sin piedad, sin preguntar ¿a quièn? , te golpean, te abaten, te endurecen el corazón y te dejan sin ganas de continuar.

Fueron tres años muy duros y de mucho sacrificio, pero sabiamos que para alcanzar algo grande debiamos comenzar por algo pequeño y hoy tenemos nuestra recompensa, porque apostamos a la voluntad al entusiasmo,a la dedicación y a la perseverancia.
Me llevo muchos amigos, pero amigos de esos que te entienden con solo mirarte, el eco de las risas cómplices en el aula vacía y un equipo de seres maravillosos iguales a nosotros a los que no les importó brindar su tiempo para escucharnos,darnos consejos, enseñarnos a mirar en todas las direcciones para conocer a los demás y conocernos a nosotros mismos.

Y ya me ves,estoy de pie dispuesta a seguir, no deseo abandonar,anhelo crecer y poder compartir con otros tan sólo algo de lo tanto que recibí; seguir en èste tren que tomè un dìa por decisiòn y me lleva a la "Estación del Porvenir".

Actualmente estoy en 4º año del Profesorado de Nivel Primario a punto de tener mi tìtulo docente.

¡Simplemente Gracias Querido Cens 44!
Silvina Guerra
Alumna egresada
Pd: en la foto (arriba a la derecha) Silvina con sus alumnos de segundo grado del colegio donde ya está trabajando.